Alex siempre dijo que Copiapó era el Silent Hill chileno. Pensaba que era una broma, una forma de reírse de lo absurdo que es vivir en una ciudad donde parece que el sol quiere matarte. Pero un día encuentra un libro raro —de esos que uno no debería abrir— y todo cambia.
Escrito por un tal Eric (que claramente no estaba bien de la cabeza), el libro es una especie de manual sobre demonios, maldiciones y otras cosas que, aparentemente, han vivido en Copiapó desde siempre.
“Miró al vacío, y no pudo dejar de mirarlo… hasta que este le devolvió la mirada.”
Entre risas nerviosas, visiones infernales, y la sospecha de que su gato puede estar poseído, Alex deberá decidir si enfrenta el horror o simplemente se convierte en parte de él.
Una novela de horror y comedia negra donde la ciudad misma es el monstruo… y el chiste.
Alex siempre dijo que Copiapó era el Silent Hill chileno. Pensaba que era una broma, una forma de reírse de lo absurdo que es vivir en una ciudad donde parece que el sol quiere matarte. Pero un día encuentra un libro raro —de esos que uno no debería abrir— y todo cambia.
Escrito por un tal Eric (que claramente no estaba bien de la cabeza), el libro es una especie de manual sobre demonios, maldiciones y otras cosas que, aparentemente, han vivido en Copiapó desde siempre.
“Miró al vacío, y no pudo dejar de mirarlo… hasta que este le devolvió la mirada.”
Entre risas nerviosas, visiones infernales, y la sospecha de que su gato puede estar poseído, Alex deberá decidir si enfrenta el horror o simplemente se convierte en parte de él.
Una novela de horror y comedia negra donde la ciudad misma es el monstruo… y el chiste.
Aura y Alex pasean por un famoso parque, cámara en mano, buscando la imagen perfecta para un concurso de fotografía. Pero entre los árboles y las sombras del atardecer, algo los observa... presencias antiguas, silenciosas, que no deberían estar allí.