Como todo concepto, existe un punto de origen y los mundos no son la excepción ya que son originados del mundo real, nuestro mundo, donde es testigo del eterno conflicto entre el bien y el mal, encarnado con vigilantes y policías enfrentándose tanto a los criminales del mundo real como los quienes se atrevieron a cruzar la barrera de la realidad.
Un cruel millonario tuvo que ocultarse al bajo mundo por un crimen que no cometió, transformándose en un mendigo más y tras reflexionar se vuelve en el defensor detectivesco de los barrios bajos y los desafortunados, luchando como un espadachín con su bastón de uso múltiple.